sábado, 27 de febrero de 2010

Otra vez

No sé por qué lo hago, pero de vez en cuando recuerdo mis sueños. Esos sueños que soñé en el verano más luminoso de mi vida, esos sueños que eran el consuelo de esa luz. No negaré que fue un buen verano, que haberme librado de ver a esos estúpidos durante tres meses era todo un consuelo, y que la luz del sol no me molestaba, tampoco esa luz de libertad, al fin podía pensar y decir lo que quisiera sin miedo a repercusiones. Y entonces aparecieron. Una risa fue su comienzo, solo eso, una risa en medio de mis sueños.

Con el verano avanzando, mis sueños se hacían cada vez más largos e incomprensibles. Al principio me despartaba una sensación de desasosiego, después los recordaba y pasaba. No eran sueños malos, tampoco eran pesadillas. Eran los sueños más hermosos que he tenido en mi vida.

Soñar que estaba lejos de mi hogar, en un sitio con tres amigos, un instituto que era un infierno, el peor lugar del mundo, el sitio más gris y cruel del universo, y aún así, el lugar donde quisiera estar. Dos amigos me acompañaban. Un chico y una chica. El primer día, la chica era nueva y mi amigo y yo ya llevábamos un año allí. Es extaño como al principio eran mayores que yo y después todos terminamos el instituto a la vez. Pero la verdad es que ya no me importa ese desfase cronológico. Allí bromeamos con la chica sobre lo mal que lo pasaría. Sin embargo, todo fue bastante llevadero. Incluso cuando ellos desaparecieron y encontre vacío el callejón del patio donde deberían de estar, porque estaban bien, porque a pesar de que yo sentía que se los habían llevado, ellos volvieron. Y nuestra celebración el último año, de vuelta a casa, por fin eramos libres y seguiríamos unidos para siempre.

Sueños en los que yo era la elegida para estar entre los vampiros. Un 2D donde todos dormían menos yo, donde todos debían morir como nuestro alimento y sin embargo, aunque mi destino era el mismo, Lestat y Louis decidieron salvarme y convertirme en uno de ellos, porque era la elegida, y entonces todos mis miedos se fueron y nada me importó.

Sueños oscuros donde se reproducía la canción de The Haunting de Kamelot. No sé que significado podría tener, pero esa canción y ese video en mis sueños, mezclado con imágenes mías, que ahora no recuerdo, es ahora el mejor sueño del mundo, el mejor de mi vida, el que deseo se repita incansablemente y aparte al mundo de mi.

Sueños donde yo estaba sentada frente a una pantalla blanca y la canción de Abandoned, también de Kamelot, sonaba, proporcienandome una tranquilidad que la luz de la pantalla en blanco no favorecía en absoluto.

Adoro esos sueños, los hecho de menos. Ese mundo era perfecto. ¿Por qué ahora los problemas desbancan la perfección de los sueños y los sustituyen por la imperfección del mundo? ¿Por qué los sueños de unos destruyen los sueños de otros?

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